Revise el mensaje de esta semana.
Escrituras clave
Porque aunque vivimos en el mundo, no hacemos la guerra como lo hace el mundo. Las armas con las que luchamos no son las armas del mundo. Por el contrario, tienen poder divino para demoler fortalezas. Derribamos argumentos y toda pretensión que se oponga al conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para hacerlo obediente a Cristo.
2 Corintios 10: 3-5 NVI
Ahora quiero que sepan, hermanos y hermanas, que lo que me ha sucedido realmente ha servido para hacer avanzar el Evangelio. Como resultado, ha quedado claro en toda la guardia del palacio y para todos los demás que estoy encadenado por Cristo. Y debido a mis cadenas, la mayoría de los hermanos y hermanas se han vuelto confiados en el Señor y se atreven aún más a proclamar el evangelio sin temor.
Filipenses 1: 12-14 NVI
Empieza a hablar. Encuentre un iniciador de conversación para su grupo.
¿Usas filtros en tus fotos en las redes sociales? Si es así, ¿cuál es tu favorito? ¿Si no, porque no?
Empieza a pensar. Haga una pregunta para que su grupo piense.
¿Qué parte de este mensaje fue más impactante para usted y por qué?
¿Diría que tiende a tener una mentalidad más positiva o negativa? ¿Cómo podría comenzar a entrenar su mente para buscar a Dios en cada situación?
Lea Filipenses 1: 12-14. ¿Cuáles son algunas formas en las que podría comenzar a replantear sus circunstancias?
Empiece a compartir. Elija una pregunta para crear franqueza.
Comparta acerca de un momento en que vio a Jesús darle significado y propósito a su dolor.
Todos tienen una lucha personal que enfrentan. ¿Lo que es tuyo? ¿Cómo puedes buscar a Dios en él?
Empiece a orar. Sea valiente y ore con poder.
Padre, dame ojos para ver tu fidelidad, bondad y gracia en acción, incluso cuando enfrento situaciones difíciles. Acércame a ti. Gracias por estar siempre conmigo. Ayúdame a replantear mi perspectiva y buscarte en todas las cosas. En el nombre de Jesús, amén.
Empezar a hacer. Comprométete a dar un paso y vívelo esta semana.
Dedique tiempo a orar por las luchas que todos enfrentan. Pídale a Dios no solo consuelo, sino también ojos para ver su bondad, incluso en medio del dolor.